miércoles, 10 de diciembre de 2014

NI FATALISMOS NI INDIFERENCIA: LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS COMO PRIORIDAD IRRENUNCIABLE.



Concluyen hoy con la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, al cumplirse el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos -aprobada por Naciones Unidas en 1948, con el recuerdo todavía vivo de las atrocidades cometidas durante la II Guerra Mundial-, las jornadas que, cada mes de diciembre, nos llevan a evocar y reivindicar el valor y la significación de la Constitución Española, la exigencia que nos marca la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción –a la que dedicamos ayer una jornada de debate en la Facultad de Ciencias Sociales y de Trabajo en la Universidad de Zaragoza- y el paradigma ético que a nivel mundial representa la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para reclamar a los Estados la protección de los derechos básicos e inalienables de todo ser humano.

La jornada de hoy nos lleva a dirigir la mirada al resto del mundo –a los millones de refugiados, desplazados de sus casas por las guerras y la violencia de diferentes signos, a los perseguidos por razones ideológicas o religiosas, a los torturados, a los asesinados por grupos armados o sicarios consentidos o arropados por el poder político, a quienes sufren discriminación racial, a quienes no tienen acceso a la salud y a la educación, a quienes sufren esclavitud y explotación, a los que siguen pereciendo por el hambre y la enfermedad en un mundo globalizado, en el que la solidaridad no fluye a la misma velocidad que fluyen la información o los movimientos de capital-, y a afirmar que la defensa de los derechos humanos ha de ser una prioridad para todos, gobiernos y ciudadanos, sin ceder al fatalismo de lo irremediable ni a la indiferencia –la sociedad internacional no puede abandonar a las víctimas de los conflictos, y nuestros problemas domésticos no pueden justificar la insolidaridad con quienes ven su vida amenazada por el hambre, la enfermedad o la represión-, una defensa que, como nos señala el Secretario General de Naciones Unidas, en su mensaje de hoy, debemos ejercer los 365 días del año.

Esta Asociación centra su actividad en la promoción y defensa de los valores constitucionales de la función pública, como son la legalidad, la profesionalidad y la ética pública, pero no puede olvidar que dichos valores son instrumentales, y que el fin último de toda actividad pública es la garantía de los derechos de las personas, para asegurar su dignidad humana. La dignidad humana y la garantía de la libertad son, precisamente, el punto de conexión de todo ordenamiento constitucional con los derechos humanos que debieran respetarse y garantizarse a toda persona, allá donde se encuentre, en cualquier circunstancia.

Por ello, porque la defensa de la dignidad humana y el necesario respeto de los derechos humanos es una condición previa a cualquier otra reivindicación dirigida a reforzar la legalidad y la plena vigencia del Estado de Derecho, esta Asociación quiere avanzar y profundizar en su compromiso con la defensa de los derechos humanos, y en tal sentido planteará en su próxima asamblea ordinaria la posible inclusión de la promoción y defensa de los derechos humanos entre sus objetivos, al entender que los derechos humanos son la síntesis indispensable de los principios éticos compartidos por el conjunto de la humanidad. Y su defensa debe ejercerse los 365 días del año.

Se reproduce a continuación el contenido íntegro del mensaje del Secretario General de la ONU con motivo del Día de los Derechos Humanos:

“MENSAJE DEL SECRETARIO GENERAL DE LA ONU CON MOTIVO DEL DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS.

En el Día de los Derechos Humanos levantamos nuestra voz.

Denunciamos a las autoridades que niegan los derechos de cualquier persona o grupo.

Declaramos que los derechos humanos son para todo el mundo, en todo momento, independientemente de quienes seamos y de nuestro lugar de procedencia, sea cual fueren nuestra clase, nuestras opiniones o nuestra orientación sexual.

Se trata de una cuestión de justicia individual, estabilidad social y progreso mundial.

Las Naciones Unidas protegemos los derechos humanos porque esa es nuestra orgullosa misión y porque cuando las personas disfrutan de sus derechos, las economías prosperan y los países están en paz.

Las violaciones de los derechos humanos son algo más que tragedias personales. Son una alarma que puede advertir de crisis mucho mayores.

La iniciativa de las Naciones Unidas “Los derechos humanos primero” tiene por objeto prestar atención a esas alarmas. Estamos movilizándonos contra las violaciones antes de que degeneren en atrocidades masivas o crímenes de guerra.

Todos podemos contribuir a promover la lucha contra la injusticia, la intolerancia y el extremismo.

Exhorto a los Estados a que cumplan su obligación de proteger los derechos humanos todos los días del año. Exhorto a los ciudadanos a que exijan responsabilidades a sus gobiernos. Y hago un llamamiento para que se adopten medidas especiales de protección de los defensores de los derechos humanos, que con valentía sirven a nuestra causa colectiva.

Respondamos al clamor de los explotados, y defendamos el derecho a la dignidad humana para todos.

Ban Ki-moon”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este blog merecería mayor actividad. No solo una nota al año.